Page 40 - Revista Brote - Julio 2015
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ntos Artísticos y Culturales
La Cultura: una industria en ascenso
capacitarse sobre los mecanismos de funcionamiento del sector cultural volviéndolo un servicio? Ya
del mercado. En los pre-MICA -que suceden en el vimos aquí que políticas públicas como el MICA
año anterior al evento bienal- se realiza un trabajo contribuyen al crecimiento del sector cultural y nos
de capacitación para los sectores productores, que permite, como público, el acceso a la diversidad de la
consiste en cómo presentarse en una ronda de producción cultural de las distintas regiones del país
negocios, como hacer una presentación dinámica y como productores, un espacio en el circuito de un
de un proyecto o cómo establecer una relación mercado que tantos años se encontró (y se encuentra)
comercial. tan concentrado (contaminado) por los productos
En suma, el MICA es un sistema complejo de políticas que ofrecen las ya conocidas y poderosas empresas
públicas a partir del cual surgieron, por ejemplo, el del entretenimiento. Por supuesto, no todos los
Fondo Argentino de Desarrollo Cultural -un fondo productos culturales que se ofrecen son absorbidos
de subsidios del Ministerio de Cultura de la Nación-; por el mercado, algunos quedan fuera del circuito,
el Programa Impulso Colectivo -capacitaciones pero como todo mercado, es parte de las reglas del
técnicas para el sector cultural-; el Programa juego. Lo que hay que reconocer es que es un buen
Nacional Recalculando -dirigido al desarrollo y inicio para el sector cultural como una industria que
profesionalización de la música emergente-. va en ascenso. ¡Brindo por eso! .
Pablo Montiel, nos cuenta que hace ya dos años se
comenzó a trabajar con los demás ministerios a través
de distintas políticas que tratan de orientarse al sector
cultural, que van desde el Ministerio de Industria,
ofreciendo subsidios, créditos y capacitaciones a las
Pymes (pequeñas y medianas empresas) culturales
que antes no se contemplaban. Los microcréditos
que ofrece el Ministerio de Desarrollo Social que
requiere e incluye necesariamente una capacitación;
el Ministerio de Educación junto con el área de
educación artística que este año incorporó las
industrias culturales y la gestión de la cultura a los
estudios en los conservatorios y las universidades
que tienen formación artística. Por su parte el Banco
Nación sacó una línea de crédito para las industrias
culturales, dirigida a los medianos productores que
no tenían acceso al crédito.
Pensar la actividad cultural como parte del sector
industrial implica replantearnos varias cuestiones
de distintos ordenes que siguen formando parte de
debates cotidianos: ¿por qué “quejarnos” cuando
asistir a actividades culturales y/o artísticas sobre
todo del sector independiente implica el pago de
una entrada como cualquier otro servicio que el
mercado nos ofrece?; ¿por qué seguir pensando que
el trabajo de los artistas: músicos, artistas plásticos,
actores debe ser ad honorem o “por amor al arte”?,
aceptando cualquier condición (hasta la de pagar
para poder tocar su música o para poder exponer
su obra). ¿Debemos considerar como algo positivo
que la mano del Estado intervenga en la actividad
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La Cultura: una industria en ascenso
capacitarse sobre los mecanismos de funcionamiento del sector cultural volviéndolo un servicio? Ya
del mercado. En los pre-MICA -que suceden en el vimos aquí que políticas públicas como el MICA
año anterior al evento bienal- se realiza un trabajo contribuyen al crecimiento del sector cultural y nos
de capacitación para los sectores productores, que permite, como público, el acceso a la diversidad de la
consiste en cómo presentarse en una ronda de producción cultural de las distintas regiones del país
negocios, como hacer una presentación dinámica y como productores, un espacio en el circuito de un
de un proyecto o cómo establecer una relación mercado que tantos años se encontró (y se encuentra)
comercial. tan concentrado (contaminado) por los productos
En suma, el MICA es un sistema complejo de políticas que ofrecen las ya conocidas y poderosas empresas
públicas a partir del cual surgieron, por ejemplo, el del entretenimiento. Por supuesto, no todos los
Fondo Argentino de Desarrollo Cultural -un fondo productos culturales que se ofrecen son absorbidos
de subsidios del Ministerio de Cultura de la Nación-; por el mercado, algunos quedan fuera del circuito,
el Programa Impulso Colectivo -capacitaciones pero como todo mercado, es parte de las reglas del
técnicas para el sector cultural-; el Programa juego. Lo que hay que reconocer es que es un buen
Nacional Recalculando -dirigido al desarrollo y inicio para el sector cultural como una industria que
profesionalización de la música emergente-. va en ascenso. ¡Brindo por eso! .
Pablo Montiel, nos cuenta que hace ya dos años se
comenzó a trabajar con los demás ministerios a través
de distintas políticas que tratan de orientarse al sector
cultural, que van desde el Ministerio de Industria,
ofreciendo subsidios, créditos y capacitaciones a las
Pymes (pequeñas y medianas empresas) culturales
que antes no se contemplaban. Los microcréditos
que ofrece el Ministerio de Desarrollo Social que
requiere e incluye necesariamente una capacitación;
el Ministerio de Educación junto con el área de
educación artística que este año incorporó las
industrias culturales y la gestión de la cultura a los
estudios en los conservatorios y las universidades
que tienen formación artística. Por su parte el Banco
Nación sacó una línea de crédito para las industrias
culturales, dirigida a los medianos productores que
no tenían acceso al crédito.
Pensar la actividad cultural como parte del sector
industrial implica replantearnos varias cuestiones
de distintos ordenes que siguen formando parte de
debates cotidianos: ¿por qué “quejarnos” cuando
asistir a actividades culturales y/o artísticas sobre
todo del sector independiente implica el pago de
una entrada como cualquier otro servicio que el
mercado nos ofrece?; ¿por qué seguir pensando que
el trabajo de los artistas: músicos, artistas plásticos,
actores debe ser ad honorem o “por amor al arte”?,
aceptando cualquier condición (hasta la de pagar
para poder tocar su música o para poder exponer
su obra). ¿Debemos considerar como algo positivo
que la mano del Estado intervenga en la actividad
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