Page 29 - Revista Brote - Julio 2015
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tituciones Artístico-culturales
(Censabella, 2005). Por eso el trabajo didáctico sobre las cortinas es las pantallas con el desenfado que tienen los niños, y los que sí quieren
precisamente el de respetar al objeto artístico y al sentido curatorial jugar con todo, se encuentran con que los módulos no son juegos.
que se le otorgó en el montaje, pensamos en enseñanza con lógica Parece un trabalenguas, pero no es tan compleja esta actitud ante los
artística, de reconstrucción, y no en lógica cultural, de estabilidad objetos, tiene que ver con la lógica de consumos culturales.
(Coelho, 2009).
El arte como herramienta didáctica es una contradicción en sí mismo, Recepción y consumos culturales
es ir en contra de su esencia y de lo que es por definición, ruptura,
movimiento, cuestionamiento. El arte no busca enseñar, los educadores Retomando propuestas anteriores, pensemos en el visitante del museo,
le piden un “mensaje”, una “moraleja”. A lo sumo, se pueden exponer una persona compleja, con ideas, con una mirada de clase, con gustos
casos artísticos como ejemplos para generar polémica y ruptura en la propios. Es decir que el espectador no percibe pasivamente como
dinámica de enseñanza y hacer que la persona reflexione en otra lógica. esponja los mensajes, sino que interpreta desde su posición de clase y
En el museo utilizamos las herramientas artísticas en este sentido, su ideología (Saintout, 1995).
como intervención e incluso como molestia, en la lógica originaria de En los 90s y fines de la década, donde se hacía foco en una “sobre
arte como ruptura. Algo irrumpe en tu cabeza, quizás como agresión, libertad del sujeto”, es un momento que marca a los sujetos como
como no estructura, pero te moviliza y te interpela. Te vas pensando, consumidores, aún hoy quedan resabios de esas lógicas que siguen
te cuestionas. Concretamente proponemos una actividad académica vigentes y son propias de las relaciones que propone el mercado
de historización de la lengua y luego vamos al choque con videos (Saintout, 1995). Necesariamente, hay que pensar en los procesos de
de Capusotto, en donde se utilizan insultos, expresiones tabú para recepción enmarcados en una perspectiva de historia cultural, además
espacios educativos. Es decir que irrumpimos el manto de la cultura de comprender otras complejidades.
con agujeros de arte, generamos polémica y ruido para despertar una Debemos entender la recepción como fenómeno colectivo, es decir
mirada crítica. Los pibes no saben si reírse o no, una vez que uno soltó que hay que pensar en contexto y particularidades de grupo, en
carcajada ya el resto se suma, las docentes quedan descolocadas, luego fragmentaciones de los consumos. Paralelamente, estudiar la recepción
alguna lanza una risa políticamente correcta. también implica analizar un campo de exclusiones y las demandas
sociales.
Juegos para qué, un público inesperado
Lógicas de consumo en espacios educativos
El museo inicialmente fue pensado para adolescentes en sus últimos
años de secundaria como visitantes organizados que vinieran en grupo El ocio como espacio de relajo y del ámbito privado, cambió su rumbo.
con sus escuelas, luego el público general, familias, estudiantes de la Ya no es ese momento para que el trabajador descanse y consuma para
universidad, como para que recorran el espacio de manera casual, volver fresco como una lechuga a la jornada laboral. En la actualidad
sin una guiada estructurada. En la práctica, aparecieron actores de muchos espacios educativos piensan lo lúdico en relación al aprendizaje
los barrios aledaños al espacio que nunca previmos, organizaciones de contenidos específicos.
barriales, jardines, primarias, visitas casuales de niños. En la práctica existen tensiones entre diferentes miradas sobre lo
Los juegos y las instalaciones artísticas que propone el museo están lúdico y el tiempo libre que se pueden agrupar en dos paradigmas
pensados para jóvenes y adultos, que saben leer y que tienen cierto generales, uno liberal-consumista y otro creativo-cultural (Igarza, R.
bagaje del “sentido común” que da haber asistido a la escuela. Porque 2009). El primero tiene que ver con actos aislados, de entretenimiento
la idea de lo lúdico está a disposición de corrernos de prejuicios sobre y consumo, puede ser cualquier acción o compra. El segundo, agrega el
la lengua y reflexionar. ¿Qué sucede cuando aparecen otros visitantes? aspecto social, el intercambio, los valores.
La zona en que esta ubicada la universidad (Los Polvorines, localidad En el museo sucede que los objetivos del espacio se vinculan con lo
de Malvinas Argentinas, Conurbano Bonaerense) hay mucho público educativo, se piensa como un espacio de reflexión sobre la lengua, pero
infantil a disposición, por el barrio, el jardín de la UNGS que está los visitantes casuales vienen con una lógica de consumo vinculada
al lado nuestro, la escuela de la UNGS, los niños que encuentran el al primer paradigma. Qué quiere decir esto, que las personas que no
espacio como contención, la gente que viene a estudiar con los hijos. vienen organizadas y predispuestas desde un espacio institucional
A este panorama sumémosle que desde el sentido común lo lúdico se (escuela, organización, universidad), recorren el espacio y buscan
vincula con lo infantil, los niños vienen con la intención de jugar con los juegos de rápida resolución y que no implican demasiada lectura,
las PC, con los módulos, con las instalaciones artísticas, hasta con los el “bingo de voces” en desmedro de “La palabra desconocida”, por
carteles, si… con los carteles. Hay un panel con un mapa de los pueblos ejemplo (ver imágenes). Incluso, estos visitantes piensan en lógica de
originarios de la argentina, es informativo, y sucede que varios de los instantaneidad los módulos y paneles de reflexión y lectura, como la
niños (entre 5 y 8 años) lo han tocado cual pantalla táctil y me han “rueda de las leyendas” y los “cerebros mágicos” (ver imágenes).
preguntado “¿y esto, qué hace?”. Este fenómeno sorprende, pero si lo pensamos tiene su lógica. Los dos
Es decir, que lo lúdico a los adultos los repele, no se animan a jugar en
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(Censabella, 2005). Por eso el trabajo didáctico sobre las cortinas es las pantallas con el desenfado que tienen los niños, y los que sí quieren
precisamente el de respetar al objeto artístico y al sentido curatorial jugar con todo, se encuentran con que los módulos no son juegos.
que se le otorgó en el montaje, pensamos en enseñanza con lógica Parece un trabalenguas, pero no es tan compleja esta actitud ante los
artística, de reconstrucción, y no en lógica cultural, de estabilidad objetos, tiene que ver con la lógica de consumos culturales.
(Coelho, 2009).
El arte como herramienta didáctica es una contradicción en sí mismo, Recepción y consumos culturales
es ir en contra de su esencia y de lo que es por definición, ruptura,
movimiento, cuestionamiento. El arte no busca enseñar, los educadores Retomando propuestas anteriores, pensemos en el visitante del museo,
le piden un “mensaje”, una “moraleja”. A lo sumo, se pueden exponer una persona compleja, con ideas, con una mirada de clase, con gustos
casos artísticos como ejemplos para generar polémica y ruptura en la propios. Es decir que el espectador no percibe pasivamente como
dinámica de enseñanza y hacer que la persona reflexione en otra lógica. esponja los mensajes, sino que interpreta desde su posición de clase y
En el museo utilizamos las herramientas artísticas en este sentido, su ideología (Saintout, 1995).
como intervención e incluso como molestia, en la lógica originaria de En los 90s y fines de la década, donde se hacía foco en una “sobre
arte como ruptura. Algo irrumpe en tu cabeza, quizás como agresión, libertad del sujeto”, es un momento que marca a los sujetos como
como no estructura, pero te moviliza y te interpela. Te vas pensando, consumidores, aún hoy quedan resabios de esas lógicas que siguen
te cuestionas. Concretamente proponemos una actividad académica vigentes y son propias de las relaciones que propone el mercado
de historización de la lengua y luego vamos al choque con videos (Saintout, 1995). Necesariamente, hay que pensar en los procesos de
de Capusotto, en donde se utilizan insultos, expresiones tabú para recepción enmarcados en una perspectiva de historia cultural, además
espacios educativos. Es decir que irrumpimos el manto de la cultura de comprender otras complejidades.
con agujeros de arte, generamos polémica y ruido para despertar una Debemos entender la recepción como fenómeno colectivo, es decir
mirada crítica. Los pibes no saben si reírse o no, una vez que uno soltó que hay que pensar en contexto y particularidades de grupo, en
carcajada ya el resto se suma, las docentes quedan descolocadas, luego fragmentaciones de los consumos. Paralelamente, estudiar la recepción
alguna lanza una risa políticamente correcta. también implica analizar un campo de exclusiones y las demandas
sociales.
Juegos para qué, un público inesperado
Lógicas de consumo en espacios educativos
El museo inicialmente fue pensado para adolescentes en sus últimos
años de secundaria como visitantes organizados que vinieran en grupo El ocio como espacio de relajo y del ámbito privado, cambió su rumbo.
con sus escuelas, luego el público general, familias, estudiantes de la Ya no es ese momento para que el trabajador descanse y consuma para
universidad, como para que recorran el espacio de manera casual, volver fresco como una lechuga a la jornada laboral. En la actualidad
sin una guiada estructurada. En la práctica, aparecieron actores de muchos espacios educativos piensan lo lúdico en relación al aprendizaje
los barrios aledaños al espacio que nunca previmos, organizaciones de contenidos específicos.
barriales, jardines, primarias, visitas casuales de niños. En la práctica existen tensiones entre diferentes miradas sobre lo
Los juegos y las instalaciones artísticas que propone el museo están lúdico y el tiempo libre que se pueden agrupar en dos paradigmas
pensados para jóvenes y adultos, que saben leer y que tienen cierto generales, uno liberal-consumista y otro creativo-cultural (Igarza, R.
bagaje del “sentido común” que da haber asistido a la escuela. Porque 2009). El primero tiene que ver con actos aislados, de entretenimiento
la idea de lo lúdico está a disposición de corrernos de prejuicios sobre y consumo, puede ser cualquier acción o compra. El segundo, agrega el
la lengua y reflexionar. ¿Qué sucede cuando aparecen otros visitantes? aspecto social, el intercambio, los valores.
La zona en que esta ubicada la universidad (Los Polvorines, localidad En el museo sucede que los objetivos del espacio se vinculan con lo
de Malvinas Argentinas, Conurbano Bonaerense) hay mucho público educativo, se piensa como un espacio de reflexión sobre la lengua, pero
infantil a disposición, por el barrio, el jardín de la UNGS que está los visitantes casuales vienen con una lógica de consumo vinculada
al lado nuestro, la escuela de la UNGS, los niños que encuentran el al primer paradigma. Qué quiere decir esto, que las personas que no
espacio como contención, la gente que viene a estudiar con los hijos. vienen organizadas y predispuestas desde un espacio institucional
A este panorama sumémosle que desde el sentido común lo lúdico se (escuela, organización, universidad), recorren el espacio y buscan
vincula con lo infantil, los niños vienen con la intención de jugar con los juegos de rápida resolución y que no implican demasiada lectura,
las PC, con los módulos, con las instalaciones artísticas, hasta con los el “bingo de voces” en desmedro de “La palabra desconocida”, por
carteles, si… con los carteles. Hay un panel con un mapa de los pueblos ejemplo (ver imágenes). Incluso, estos visitantes piensan en lógica de
originarios de la argentina, es informativo, y sucede que varios de los instantaneidad los módulos y paneles de reflexión y lectura, como la
niños (entre 5 y 8 años) lo han tocado cual pantalla táctil y me han “rueda de las leyendas” y los “cerebros mágicos” (ver imágenes).
preguntado “¿y esto, qué hace?”. Este fenómeno sorprende, pero si lo pensamos tiene su lógica. Los dos
Es decir, que lo lúdico a los adultos los repele, no se animan a jugar en
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